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La marca BMW tiene su origen en  la empresa Rapp Motorenwerke GmbH, fundada en 1913 por Karl Rapp, a la que le cambiarían el nombre 4 años después por BMW. Al principio se especializó en  la fabricación de motores de avión, lo que le daría un importante contrato con el ejército prusiano para la fabricación de 2.000 propulsores. Es entonces cuando crean su icónico logotipo, una interpretación de la bandera del Estado Libre de Baviera, que a su vez se inspira en su característico cielo azul parcialmente cubierto de nubes blancas.

Tras la I Guerra Mundial, Alemania tenía expresamente prohibido producir material armamentístico y BMW comenzó entonces a fabricar motocicletas y automóviles, lo que le permitió diversificar su producción. Durante el III Reich volvería a equipar aviones con nuevas motorizaciones, pero durante la invasión aliada sus fábricas quedaron  destruidas y la empresa sobrevivió gracias a la fabricación de motocicletas y de ollas para volver a producir coches durante los años 50. Tuvo una trayectoria errática hasta que en los años 60 introdujo cambios en su modelo que le permitió acceder a públicos más amplios y mantener un crecimiento sostenido. 

El desarrollo paulatino de sus emblemáticas Serie 3, Serie 5 y Serie 7, junto con sus correspondientes versiones deportivas de la gama M, así como otras familias como la deportiva Z o la todoterreno X, han terminado por situar a BMW a la vanguardia de la industria automovilística.