Hablar de la normativa CAFE es hablar del nuevo lenguaje que marcará el futuro del coche en Europa. Estas siglas, que corresponden a Corporate Average Fuel Emission, hacen referencia al sistema que calcula las emisiones medias de CO₂ que generan los vehículos vendidos por cada fabricante. Una regla que ya está cambiando el mercado.
El contexto actual es decisivo. A partir de 2025, la normativa CAFE incorporará un sistema de evaluación más flexible: ya no se multará cada año, sino que se hará una media acumulada hasta 2027. Esta revisión ofrece un respiro a la industria, pero no modifica el rumbo. En 2035, las emisiones deberán ser cero.
Aunque parezca una medida técnica dirigida solo a marcas de automóviles, lo cierto es que como comprador también estás implicado. Esta normativa afectará directamente a la oferta de vehículos que encontrarás en el concesionario y al tipo de coche que se fabricará y se venderá en los próximos años.
Por eso, conviene estar bien informado. Lo que hoy puedes comprar, mañana podría estar prohibido o limitado por ley. Conocer el calendario y los nuevos criterios de la normativa CAFE puede ayudarte a tomar decisiones más seguras, responsables y acordes a un futuro en constante transformación. En Electromecánica Araujo, te ayudamos a entender este nuevo escenario regulado.
¿Qué es la normativa CAFE en Europa?
La normativa CAFE (siglas de Corporate Average Fuel Emission) marca un antes y un después en el futuro del coche en Europa. Se trata de una regulación que no se fija en modelos individuales, sino en el promedio de emisiones de dióxido de carbono de todos los coches que vende un fabricante.
En lugar de analizar si un coche concreto emite más o menos CO₂, la normativa estudia el conjunto de las ventas de cada marca. Así, si un modelo emite mucho pero otro emite poco, pueden compensarse entre sí. Lo que cuenta es el equilibrio de toda la gama que se comercializa.
Este sistema obliga a las marcas a rediseñar sus catálogos y priorizar vehículos eficientes para mantener baja su media de emisiones. De no cumplir con los límites establecidos, el fabricante se expone a sanciones millonarias. El diseño de cada nuevo coche pasa ahora también por el filtro del CO₂.
Más allá de cifras y multas, el propósito de la normativa CAFE es claro: acelerar la descarbonización del parque automovilístico europeo. Se busca que los fabricantes se comprometan, no solo con la eficiencia, sino con un cambio de paradigma donde cada coche vendido acerque un poco más al objetivo de cero emisiones.

5 fechas clave que cambiarán el mercado del automóvil
2025: Empieza el nuevo límite de 93,6 g/km y el sistema de créditos
En 2025 comienza oficialmente una nueva etapa marcada por la normativa CAFE. Los fabricantes deberán lograr que la media de emisiones de CO₂ de los coches que vendan no supere los 93,6 gramos por kilómetro. Pero lo verdaderamente novedoso es que la evaluación no será anual, sino acumulativa.
La Comisión Europea ha decidido aplicar un sistema de créditos que permite cierta flexibilidad: las marcas podrán compensar excesos en un año con mejoras en los siguientes. Esta estrategia suaviza la transición y da margen para adaptar flotas, gamas y tecnologías sin sufrir sanciones inmediatas. Aun así, el cambio será profundo.
2027: Fin de la flexibilidad, comienzan las sanciones
El 2027 marca el final de la tregua. Ese año se examinará si, entre 2025 y 2027, la media de emisiones de CO₂ por flota ha respetado el límite fijado por la CAFE. Si no es así, las multas podrían alcanzar cifras millonarias, según la desviación y el volumen de coches vendidos.
Este horizonte ha activado una carrera a contrarreloj entre los fabricantes. Las automatriculaciones de modelos menos contaminantes, las versiones mild-hybrid o las campañas de eléctricos cobran protagonismo. En el escaparate, el usuario comienza a notar una oferta cada vez más centrada en reducir el impacto medioambiental del coche.
2029: Llega el corte más severo, 49,5 g/km
El año 2029 supondrá un giro radical: la media permitida por coche vendido será de tan solo 49,5 gramos por kilómetro. Esto implicará que, incluso con híbridos enchufables en la gama, las marcas deberán contar con una alta proporción de coches eléctricos o tecnologías sin emisiones para no superar ese umbral.
Los fabricantes que no hayan invertido con suficiente antelación en electrificación se verán obligados a acelerar procesos, discontinuar modelos o asumir sanciones. La CAFE se vuelve más exigente, y eso se traduce directamente en una transformación del catálogo, tanto en concesionarios como en las estrategias publicitarias de cada marca.
2032: Punto de revisión y evaluación de resultados
Aunque no es una fecha oficial de cambio normativo, 2032 se perfila como un momento clave. Las autoridades europeas prevén revisar el impacto de la CAFE en el mercado del coche y el cumplimiento real de los fabricantes. Esta evaluación podría servir para endurecer objetivos o ajustar los márgenes de flexibilidad.
Será también un año crucial para detectar si las infraestructuras de carga han avanzado lo suficiente, si el coche eléctrico ha calado en todos los perfiles de usuario y si las soluciones alternativas (como el hidrógeno o los combustibles sintéticos) tienen viabilidad real. La revisión marcará el rumbo final hasta 2035.
2035: Adiós a los coches con motor de combustión
La fecha más simbólica y contundente: a partir de 2035 no se podrán vender coches nuevos con motor térmico en la Unión Europea. Esto no incluye la prohibición de circular con coches antiguos, pero sí el fin de su comercialización, según la normativa CAFE y los compromisos climáticos asumidos por Europa.
La industria del automóvil se enfrenta así al mayor cambio en más de un siglo. El coche, tal como lo conocemos, deja paso a nuevas formas de movilidad más limpias, más digitales y más integradas en el entorno urbano. La normativa no solo impone límites: redefine toda una cultura de transporte.

Fabricantes ante el reto: entre la presión y la estrategia
Posturas divididas
- Desde la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), el mensaje es claro: se necesita más margen para adaptarse a los nuevos objetivos. La normativa CAFE, con su hoja de ruta exigente, impone un ritmo que no todos los fabricantes pueden seguir con la misma agilidad o capacidad industrial.
- Stellantis, sin embargo, no comparte esa visión. Para este grupo, que reúne marcas como Peugeot, Fiat o Citroën, el calendario ya estaba sobre la mesa desde 2019. Aseguran que quien ha planificado con rigor no necesita más tiempo. Su discurso pone en valor la anticipación como ventaja competitiva en un sector donde cada CAFE cuenta.
- Por otro lado, Renault, de la mano de su CEO Luca de Meo, aporta una mirada más pragmática. Alcanzar los umbrales fijados sin flexibilidad es, según sus propias palabras, casi imposible. El reto de reducir emisiones mientras se mantiene el atractivo comercial de cada coche exige decisiones equilibradas y una adaptación más pausada.
Estrategias actuales
- En este escenario, muchos fabricantes están recurriendo a las automatriculaciones. Registrar coches de bajas emisiones a nombre del concesionario les permite mejorar su media CAFE sin necesidad de alterar su catálogo drásticamente. Es una estrategia costosa, pero efectiva, para esquivar sanciones en el corto plazo.
- Las promociones se han convertido en otro pilar de esta carrera contra el CO₂. Campañas agresivas con descuentos, financiación blanda o equipamientos extra buscan atraer al comprador hacia modelos electrificados, reduciendo así el peso medio de emisiones por coche vendido. El marketing se convierte en aliado del cumplimiento normativo.
- Por último, algunas marcas están reconfigurando por completo sus gamas. Se retiran versiones térmicas menos eficientes y se introducen nuevas motorizaciones híbridas o 100 % eléctricas. Este rediseño no solo responde a la presión de la normativa CAFE, sino también a un consumidor que ya anticipa el futuro del coche europeo.
¿Cómo te afecta como comprador o conductor?
- Si estás pensando en cambiar de coche, notarás que cada vez hay menos opciones con motor de gasolina o diésel en el concesionario. La normativa CAFE está empujando a los fabricantes a reducir sus emisiones medias, y eso se traduce en catálogos más reducidos y gamas que priorizan modelos electrificados.
- Esta transformación también viene acompañada de una presión comercial cada vez más visible. Las marcas, comprometidas con los objetivos que marca la CAFE, están incentivando activamente la compra de coches híbridos o eléctricos. En muchas ocasiones, los modelos térmicos tradicionales pasan a un discreto segundo plano, cuando no desaparecen directamente del escaparate.
- En el mercado de segunda mano, este cambio normativo está revalorizando algunos vehículos. Modelos que antes pasaban desapercibidos hoy escasean, y su precio se incrementa por simple ley de oferta y demanda. La normativa CAFE, aunque pensada para fabricantes, también está dibujando nuevas reglas en el mercado de ocasión.
- A cambio, el comprador se encuentra con una serie de ventajas si opta por un coche eléctrico o de bajas emisiones. Ayudas públicas, beneficios fiscales, descuentos comerciales o facilidades de circulación en zonas restringidas son solo algunas de las medidas que acompañan este nuevo paradigma que avanza al ritmo que marca la normativa CAFE.

¿Quién gana y quién pierde con la nueva normativa?
Las marcas que llevan años invirtiendo en electrificación son, sin duda, las grandes beneficiadas por la nueva normativa CAFE. Su apuesta anticipada por modelos eléctricos y de bajas emisiones les permite ahora cumplir sin sobresaltos. También ganan los conductores urbanos, donde la carga del coche eléctrico es ya parte del día a día.
En cambio, las firmas que aún dependen de flotas grandes y contaminantes afrontan un reto mayúsculo. La normativa CAFE exige una transformación profunda que no todas pueden asumir al mismo ritmo. Para quienes viven en zonas rurales, la compra de un coche eléctrico aún se percibe lejana, por falta de puntos de carga o ayudas eficaces.
Y mientras tanto, surgen preguntas sin respuesta clara. ¿Está Europa preparada para una movilidad 100% eléctrica? ¿Qué lugar ocuparán los híbridos cuando el CO₂ cuente al milímetro? Incluso los combustibles alternativos, con todo su potencial, quedan hoy en un segundo plano frente a la CAFE.
Desde que la normativa CAFE marcó su nuevo rumbo, cada año ha pasado a ser una pieza más de un puzle que definirá cómo serán los coches que veremos y conduciremos de aquí a 2035. Las fechas ya están puestas sobre la mesa, y sus implicaciones van mucho más allá de lo técnico.
Aunque el objetivo inicial es regular las emisiones de CO₂ en los fabricantes, lo cierto es que esta normativa también cambia silenciosamente nuestra manera de elegir, usar e incluso valorar un coche. La sostenibilidad ya no es una opción estética, sino un criterio estructural que condiciona el presente y el futuro del automóvil.
Por eso, si estás pensando en cambiar de coche, el mejor consejo que podemos darte es informarte bien y tener perspectiva. Lo importante ya no es solo el motor o el diseño, sino el impacto a medio plazo. Comprar con visión de futuro es hoy más relevante que nunca.